Abrazando Libros: Reseña: Bajo la misma estrella

Libro: Bajo la misma estrella

Autor: John Green

Sinopsis: Hazel acaba de cumplir 16 años. Y tiene cáncer. A pesar de que un tratamiento ha conseguido reducir su tumor de forma casi milagrosa, es una enferma terminal. Los médicos no pueden decirle cuánto tiempo le queda; solo sabe que debe vivir pegada a un tanque de oxígeno y sometida a continuos tratamientos. Desde hace unas semanas, Hazel forma parte de un grupo de apoyo donde otros chicos como ella comparten sus experiencias. En realidad, ella acude más por obligación que por voluntad; ¿qué sentido tiene hablar con otras personas de lo que nadie puede cambiar? Pero su vida da un verdadero vuelco cuando conoce a Gus Waters... Os preguntaréis: ¿quién es Gus? ¿Y cómo puede cambiar una sola persona la historia de otra?

Introducción: El libro está narrado desde el punto de vista de Hazel. Ella es una chica de dieciséis años con cáncer terminal, y su vida se ha vuelto rutinaria. Prácticamente no tiene amistades, carece de vida social, y su mejor amiga es su madre. Sus padres la instan a ir al grupo de apoyo para que se empape de ganas de vivir y genere vínculos con gente de su edad; y es allí donde conoce a Augustus Waters. Un chico único que pone su mundo de cabeza, y la hace salir de su caparazón. La hace feliz, y la llena de una vitalidad que desconocía. Juntos, Hazel y Gus, descubren un universo que carecía de sentido antes de conocerse.

Opinión: ¿Qué decir acerca de este libro? Fue maravilloso. Triste y desgarrador, pero maravilloso. Me hizo replantear un montón de cosas que creí importantes y que ahora puedo ver son insignificantes. La lucha de la protagonista por su vida, su propia opinión acerca de lo que le ocurría... sólo puedo decir que hay que tener demasiada fortaleza para enfrentar tantas cosas siendo tan joven. El cáncer juvenil es algo trágico e indeseado por todos nosotros, pero que lastimosamente ocurre a diario. En todas partes. En este libro, se muestran tanto el dolor que sufren las personas que padecen esa enfermedad como también el camino que deben recorrer para encontrar su paz. No dejen de leerlo. No les voy a mentir: van a llorar mucho; pero también van a reír. Y se van a enternecer. Van a sufrir, y a desear que determinadas cosas no ocurrieran pero, después de todo... “el mundo no es una fábrica de conceder deseos”.